El día 5 de julio conseguimos alcanzar la cima de este activo volcán, contando con un tiempo excelente y mucho entusiasmo durante la subida.
Luego de algunos días en Putre y Parinacota y habiendo subido el cerro Guane Guane (5.100 m) como parte del proceso de aclimatación, comenzamos el ascenso desde el hostal “Uta Kala”, sin montar campamento, saliendo más temprano para así iniciar la subida antes de la salida del sol.
Muy buen tiempo —caluroso incluso en algunos momentos de la mañana— sólo algo ventoso al alcanzar el cono que conduce a través de una arista al bloque rocoso que compone la cumbre. A pesar de ser una buena fecha, se encontraba tremendamente seco el cerro, lo que volvió más pesado remontar sus pedregosas laderas.
¿Y la fumarola? Aunque no estaba tan tóxica como en otras oportunidades y el viento daba algunas pausas cambiando de dirección que permitieron alcanzar la cima, siempre es desagradable y hay que hacerse el ánimo para llegar a la cima y no contentarse con la ante cumbre. Igual nos dimos el tiempo para varias fotos y videos en la cumbre. El regreso fue
Felicitaciones a Tere y Francisco por el esfuerzo y ganas durante el día.
Cumbre cerro El Plomo – 27 marzo En un rápido ascenso de 2 días y con un tiempo espectacular, conseguimos la cumbre del cerro el Plomo el día 27 de marzo, cerrando con ello la temporada de ascensos de AndesContact 2022-2023 hasta junio-julio, con los viajes a los volcanes Acotango y Guallatiri en la XV región.
Subiendo
Salimos el día domingo 26 desde Santiago a las 8 am., llegando al punto de reunión en la Parva con el arriero (Fabián), tomando el andarivel (¡sí, es buenísimo!) y comenzando la marcha al poco rato. En poco más de 3 horas estábamos ya en el campamento Federación y, aprovechando que prácticamente todo el mundo bajaba por ser día domingo, tuvimos la oportunidad de utilizar el refugio Cristóbal Bizarri, construido y donado por su familia. Personalmente nunca había tenido la opción de usarlo —ni entrar— porque siempre se encontraba ocupado; quedé sorprendido de lo tremendamente bien construido de este. La nota amarga: el baño, también levantado por la misma familia, inutilizable por la cultura de ciertos “montañistas”.
La cochinada de siempre
A propósito de lo mencionado en el párrafo anterior y, como es habitual en muchos de los cerros de Chile, es lamentable la basura que se encuentra: miles de papeles higiénicos a la vista, botellas plásticas, caca repartida, etc. El refugio, siendo un lugar espectacular, fuera de alguna lumbrera que trató de quebrar una ventana, se encuentra en buen estado y limpio en general, pero hay gente que insiste en dejar comidas abiertas, botellas de agua y jugos isotónicos a medias, frutas (muchos limones…), bolsas de pan, queques y mayonesas abiertas, etc. Y nadie nunca deja nada. Curioso..seguro llegan solas.
El día de cumbre
En fin. El día de cumbre fue tranquilo, solitario —solo habían 2 personas más en el cerro—, poco viento salvo en la cumbre que, sin ser intenso, se hizo notar un poco, pero en general fue muy rápido, literalmente sin ninguna parada ni para tomar agua o comer. La cumbre, a las 9 am, dejaba asomarse los primeros rayos que apenas entibiaban el ambiente, pero que siempre son bien recibidos. Nadie más, solo 5 personas alcanzamos la cumbre ese día. La bajada igual de tranquila, solo con una parada de algunos minutos en el refugio Agostini (4.670 mts. aprox.), el único lugar con algo de señal para así poder dar signos de vida.
Volviendo
Puntualmente Fabián (arriero), llegó al campamento, donde solo tuvimos que cargar los bolsos para comenzar la marcha de regreso. Mucho calor y poco viento ahora, pero con la satisfacción de haber bajado con la cumbre en un agradable día y en muy buen ascenso.
El día 12 de marzo alcanzamos la cima de este imponente volcán, ubicado en el límite con Argentina, en pleno corazón de Los Andes centrales de Chile.
Este viaje debió haberse realizado la primera semana de enero, pero fue aplazado por mal tiempo; solo recordar los aluviones en el Cajón del Maipo durante esos días debido a lluvias en altura. Se esperó hasta último momento y el tiempo acompañaba, por lo que solo quedaba confirmar a Marcelino (arriero), ordenar el equipo, comprar la comida y partir.
Día 1:
Salimos de Santiago relativamente temprano, ya con los primeros tacos de inicio de año escolar, reuniéndonos casi a la hora acordada en Alfalfal. Nos juntamos con Marcelino al final del camino vehicular (puente cortado en Chacayar), ordenamos, dejamos listas las cargas para las mulas y comenzamos la marcha de aproximación.
Bastante caluroso el día, pero a medida que ascendíamos por el cajón —bordeando el río Colorado— se podía sentir algo de brisa en la cara, de otra manera hubiera sido de verdad asfixiante.
El camino transcurre por senderos bien definidos, ganando altura lentamente hasta el sector de Baños Azules o Pozones, donde hay que bajar desde la llanura superior para luego cruzar el río Museo y ascender hasta una arista que obliga a bajar nuevamente, cruzar el río Azufre —caudaloso y siempre con ese color chocolate— para otra vez volver a subir.
Un nuevo valle que se estrecha hacia el sureste, flaqueado por paredones verticales de estratos y que vuelve a abrirse tras pasar por una cerca, deja al grupo en el campamento 1 —Aguas Buenas—, protegido sector, provisto de un cobertizo de los arrieros y con una parrilla que invita a sentarse en torno a un asado. Y así fue; devoramos lo que sería el último lujo antes de entrar al verdadero terreno montañoso.
Día 2
Orden de equipo, carga de animales, algunas fotos a los cururos que se asomaban fuera de sus galerías e inicio de nueva marcha, sobre un amplio valle que se dividía en 2 luego de un par de horas de caminata. Nunca deja de impresionar la vista del cerro Chimbote, de 5.493 mts., al final del Cajón de los Perdidos.
Tas unas 2,5 horas de marcha aparece la primera vista del Tupungato, hacia el sureste, dejando en claro que el ascenso no iba a ser breve ni menos simple, pero verlo ya constituía una emoción tremenda.
Una vez atravesado el famoso “Mal Paso”, que esta vez no fue tan malo como en otras oportunidades, se alcanza el campamento Vega de los Flojos, un hermoso y amplio lugar para acampar, teniendo como telón de fondo las glaciadas laderas del cerro Sierra Bella —5.275 mts.— quien, a pesar que ha perdido dramáticamente hielo de sus laderas, sigue siendo una montaña realmente linda.
El campamento Perdices, a 3.700 mts. aprox, es unlugar cómodo y muy lindo para pasar la noche. Protegido por algunas rocas y con agua a mano, es un excelente lugar para pasar la segunda noche.
Día 3
Luego de una agradable noche bajo un estrellado cielo y tras ordenar las cargas para que Marcelino las subiera al campamento Penitentes (4.400 ms.) e incluso un par más hasta el siguiente, reanudamos la marcha. El terreno era bastante pedregoso —lecho del estero— pero en poco tiempo alcanzamos el sendero que baja desde el volcán mismo. Progresivamente íbamos ganando altura, lo que permitía admirar las montañas de fondo, como el Sierra Bella y ahora el Polleras (5.993. mts.) —pedazo de cerro—, hacia el norte, entre otros.
Día 4
Tras otra agradable noche ahora en el campamento penitentes, nuevamente ordenamos todos los equipos y cargamos las mochilas, dejando ordenadas las cosas que iban a permanecer hasta nuestro regreso. Ascendimos por un sinuoso y suelto sendero hasta el siguiente campamento.
Luego de superar este tramo, encontramos un valle de altura provisto de varias pircas, siendo una muy buena alternativa para montar campamento. El último tramo del camino fue a través de una huella bien definida sobre una ladera que ganaba en pendiente mientras ascendíamos, la que nos dejó en el campamento ubicado a 5.150 m aproximadamente. Una amplia explanada con algunas pircas, bastante agua y buena vista hacia el norte y oeste, fueron nuestro refugio durante las siguientes 3 noches.
Día 5
Ese día vimos diferentes opciones en la estrategia para alcanzar la cumbre: una de ellas era portear equipo hacia el siguiente campamento ubicado 5.650 m para luego retornar y, al día siguiente, tomar el resto del equipo y acampar en la altitud antes mencionada. La otra opción que fue la que finalmente acordamos todos, consistía en portear el resto del equipo al campamento de altura para luego —al día siguiente— descansar en el campamento a 5.150 mts. Esta es una buena opción para poder descansar a una altitud menor.
Día 6
Día de descanso, de hidratación y comer en abundancia; preparación de equipo para el día de cumbre e ir a dormir temprano. Ansiedad.
Primeros rayos solares, alumbrando a los cerros Sierra Bella, Polleras y Polleritas. Vista hacia el noreste.
Día 7 (de cumbre):
Y llegó el día. Despertadores a las 3 am. A pesar de la cantidad de horas en el interior del saco de dormir, pocos durmieron bien: ansiedad, nerviosismo, ganas. Café, algo para comer y salimos algo después de las 4:40 am. Seguimos las luces de un grupo de argentinos que habían llegado al campamento el día anterior y continuamos la marcha juntos. Antes de las primeras luces del amanecer, el grupo se tuvo que dividir momentáneamente para luego volver a reunirnos después de un rato. Lindo día, poco fría la amanecida y buen paso hacia los pies de la canaleta, famoso estrecho corredor que gana altura progresivamente entre piedras, neveros y penitentes que no obstaculizaban tanto la marcha.
Ya sobre la explanada y tras dejar la canaleta, el viento comenzó a soplar intensamente —no muy frío— pero sin dar tregua. Saludamos a los argentinos que hicieron cumbre previamente y seguimos hacia el filo que conduce a la cima de norte a sur. Hacia el este el viento era menos intenso debido a que la artista nos protegía, pero al asomarnos levemente sobre ella, se volvía a sentir con fuerza. Los primeros en hacer cumbre (Sebastián y Pablo), llegaron unos 45 antes y nos topamos cerca de la cumbre chilena. Otros 45 minutos más y la cumbre ya estaba bajo nuestros pies. Solo un par de fotos, videos y a emprender la bajada. Teresa y Cathy felices a más no poder.
Algunas nubes rodearon el cono cimero mientas descendíamos, pero se concentraron principalmente sobre el campamento —1.400 mts más abajo—, por lo que no fue un obstáculo. De hecho, dejó ver unas imágenes muy lindas que generaba el contraste entre nubes, cerro y cielo.
Descenso de la canaleta y nubes de fondo.Ya de regreso al campamento, algo rápido para comer y a descansar. Fue una larga jornada que tomó varias horas y metros de desnivel, pero la satisfacción de haber alcanzado el objetivo fue superior a todo el cansancio, frío y dificultades vividas durante el camino hacia el punto más alto.
Día 8
Levantamos campamento y dirigimos la marcha hacia campamento Penitentes donde, luego de comer e hidratarnos, continuamos el camino hacia el siguiente campamento —Perdices—, para pasar la noche a menor altitud y en un más cómodo y protegido emplazamiento. Extendimos unos nylon en el suelo, sacos de dormir y a mirar el cielo estrellado.
Día 9
Muy temprano Marcelino y Nacho pasaron con las mulas para recoger la carga dejada en Penitentes, por lo que ordenamos las cosas que íbamos a dejar para que él recogiera después y reanudamos la marcha hacia Aguas Buenas, último campamento antes de regresar a Santiago.
Lindo día, algo de viento que hizo menos calurosa la jornada y ciertamente con la tremenda satisfacción de la cumbre conseguida. Y los pensamientos que se cruzan en el monólogo interno mientras se camina son siempre —o casi— los mismos: la felicidad de la cima. Más allá del cansancio del viaje y del duro día anterior, el sentimiento de bajar con la cumbre es difícil de transmitir a través de estas líneas. No se trata sólo de un número que engrosa el listado de cumbres anotados en una hoja, es un trabajo que comienza muchas semanas antes y estar en el cerro intentando esa cumbre sólo es la consecuencia de lo anterior. Insisto, es difícil —o no sé cómo— llevar a palabras ese sentimiento.
En fin. Algunas horas de marcha y Aguas Buenas, último campamento donde nos esperaba un maravilloso asado —por preparar—, cervezas, bebidas, etc. Para no creerlo.
Día 10
Y llegó el último día de este extraordinario viaje. Orden de equipo, carga de mulas y a caminar. Algunas horas de marcha por el mismo camino que habíamos iniciado 10 días antes cargados de ilusión y sueños. Ahora devolvíamos los pasos con la pega hecha, sin novedad alguna y una felicidad indescriptible. Arriba de los autos y a la espera de una más que merecida ducha.
Durante enero conseguimos ascender 3 montañas de 6 mil metros en la zona de la Puna de Atacama, alcanzando 2 de los 3 cerros propuestos inicialmente, con un tiempo que acompañó siempre y un grupo súper fuerte y motivado.
Tres Cruces Norte – 6.030 – cumbre
Medusa – 6.180 – pendiente, quedamos muy cerca…
Tres Cruces Central – 6.650 – cumbre
Como es habitual, comenzamos el proceso de aclimatación en la comodidad de @refugiomaricunga para luego establecer el CB en Laguna Verde, donde hicimos los primeros seismiles; después partimos equipados al campamento alto de los Tres Cruces (5.930), desde donde salimos a cumbre.
Felicitaciones a todos —Cathy, Tere, Alejandra, Renato y Alejandro por el apoyo en el campamento y guiado— por las cumbres y la excelente disposición, buena onda y ánimo cada día
En un día increíble —casi caluroso— alcanzamos la cumbre del volcán más alto del mundo el sábado 28 de enero.
Esta vez se trató de un doble ascenso (2 grupos diferentes) donde compartieron, además del campamento en Laguna Verde, el ascenso de otros seismiles de la zona (San Francisco y Barrancas Blancas) y el día de cumbre al Ojos, alcanzándola juntos. Excelente día, buen tiempo y mejor ánimo para subir hasta el punto más alto de esta durísima montaña quien, a pesar del extraordinario día, resultó como siempre pesada y agotadora.
Felicitaciones a Tomás F., Rafael, Sebastián, Tomás V., Francisco y Claudio, más al apoyo y guiado de Fernando, por la cumbre y la buena onda durante todo el viaje.
Los días 22 a 26 de diciembre ascendimos el Nevado Marmolejo, de 6.108 mts. —el 6 mil más austral del mundo—, consiguiendo la cumbre el día 25, en un excelente día, casi nada de viento pero con algunas nubes sobre el final que dejaron caer unos cms. de nieve ya en el campamento.
No había nadie más en la montaña, lo que convirtió el ascenso aún más especial, fuera de una bolsa de basura que alguien brillantemente dejó de recuerdo, la cual fue bajada, por supuesto.
Nuevo ascenso al volcán más alto del mundo (6.893 mts.), bajo un amenazante cielo, pero que no impidió alcanzar el punto más alto de este activo volcán.
Luego de aclimatar algunos días en Vallecito, Santa Rosa y Laguna Verde, hubo que adelantar un par de días el intento debido a un frente inestable que estaba ingresando a la zona, pero que dio el tiempo necesario para realizar el ascenso y alcanzar la cumbre.
¡Felicitaciones a Katharina y Johannes por la cumbre conseguida y suerte en sus nuevos ascensos!
Con un día realmente espectacular, cero frío y casi nada de viento, conseguimos la cumbre de este mítico cerro, símbolo de valle de Santiago y objetivo de muchos quienes intentan por vez primera grandes alturas.
Comenzamos el ascenso un día sábado, encontrando muchísimas carpas en el campamento Federación (4150 mts.). Al bajar de la cumbre el domingo quedaban muy pocas, por lo que fue especial estar prácticamente solos durante ese día. Al regresar a Santiago el día lunes, nos topamos apenas con unas cordadas motivadas.
Felicitaciones a Benjamín y Krasna por su primera cumbre y Alejandro nuevamente por la pega.
Hace poco más de 1 semana regresamos de un nuevo ascenso a 6 miles en el norte del país. Calentamos motores en los cerros 7 Hermanos (4.850) y Santa Rosa (4.820) antes de ir por los siguientes objetivos:
-Tres Cruces Norte (6.020)
-Vicuñas (6.067)
-Ojos del Salado (6.893)
Excelente tiempo durante los ascensos de las primeras montañas, pero esta vez el Ojos nos mandó de regreso para abajo (igual que a todos los que subimos ese día) debido al fuerte y gélido viento.
Nuevamente, felicitaciones a Teresa y Horst por las cumbres y sobre todo por los excelente momentos vividos durante el viaje.
El sábado 5 de noviembre regresamos de laguna Verde luego de finalizar con éxito el ascenso de montañas que superan los 6 mil metros en la zona de la Puna de Atacama, III región.
Afortunadamente contamos con un excelente tiempo, algo ventoso, pero nada que impidiera ir cumpliendo paso a paso con el objetivo trazado: ascender 3 montañas sobre los 6 mil metros:
San Francisco – 6.018 m.
Peñas Blancas – 6.036 m.
Barrancas Blancas – 6.118 m.
Debido a que existía mucha nieve en el acercamiento en 4×4, se decidió cambiar al Vicuñas por Barrancas Blancas.
Usamos cookies. Si te parece bien, simplemente haz clic en "Aceptar todo". También puedes elegir qué tipo de cookies quieres haciendo clic en "Ajustes".