altiplano

Ascendiendo el volcán Sierra Nevada de las Lagunas Bravas

Sierra Nevada desde Laguna Brava, 4.350 mts. aprox., vista hacia el sur. Febrero 2022.

Ascenso al volcán Sierra Nevada de las Lagunas Bravas

Hacia el noreste del complejo fronterizo San Francisco —ubicado a orillas del salar de Maricunga—, III región de Atacama y en una amplia zona donde abundan montañas que superan la mítica barrera de los 6 mil metros de altitud, se encuentra un escondido volcán, el que registra muy pocos ascensos debido a lo poco conocido que resulta para un gran número de montañeros. Se trata del volcán Sierra Nevada de Las Lagunas Bravas —pedazo de nombre— de 6.127 mts., cuya cumbre se eleva justo en el límite internacional, siendo la parte más alta de un gran macizo de 8 cumbres que sobrepasan los 5 mil metros de altitud.

Escondido

Escasamente visitado —al menos el libro de cumbre indica un último ascenso en 2015— ofrece un viaje sobrecogedor solamente en el acercamiento, pues hay que atravesar extensos arenales, huellas poco definidas, conducción literalmente sobre el lecho de un río (río Negro) en un tramo y lagunas de color turquesa impresionantes.

Bien vale la pena guardar un par de días extras para continuar con el viaje hacia el norte para poder acercarse, rodear y apreciar genuinamente estos impresionantes cuerpos de agua salobres de altura, que se mantienen también escondidos al recibir pocas visitas generales.

Campamento base Sierra Nevada, aprox. 5150 mts.

No es simple llegar hasta el campamento base de esta montaña, pues hay que internarse por un antiguo camino minero desde donde extraían azufre varios kilómetros adentro y luego buscar alguna pasada sobre un portezuelo donde se supone que debe haber alguna tímida marca de ruedas que baja hacia un arenoso y apartado valle. Es fácil decepcionarse al ver el cerro a lo lejos, pues al no haber un camino ni huellas claras queda la impresión de que hay que caminar desde ese alejado punto, desmoralizando incluso a los más fuertes.

Tras encontrar estas marcas, se gana algunos cientos de metros a través de rocas, arena y más rocas, lo que no se traduce en un gran avance, pero se agradece igualmente.

Acampando

El campamento —dependiendo cuál se escoja— es un lugar muy lindo, relativamente protegido por un morro de rocas y al pie del camino hacia la montaña. No hay agua pero es posible encontrar algunos neveros alejados para obtenerla.

La ruta es, en palabras simples, eterna. Sí, no termina nunca. Son cerca de 18 kms. hasta la cumbre, lo cual no se traduce necesariamente en un problema o un motivo para ni siquiera intentarlo, si no lo que se oculta tras muchísimas horas de marcha. Pero no nos adelantemos.

Primeras horas de luz en el volcán, aprox. 5.650 mts. Vista hacia el sur.

La marcha no es muy diferente al resto de los ascensos en la zona: arena, piedras, viento, tramos de nieve y frío, sólo que ahora es inusualmente extenso, pero no es muy distinto. Algunas lagunas, franjas de penitentes que deben ser rodeados y que aparentan no terminar nunca y —reconozco fue duro—, algunas bajadas a valles donde se perdía altura, teniendo que obligadamente volver a recuperar esos metros una y otra vez.

El cerro

El sol aún no salía, pero las primeras horas de luz que aclaraba tímidamente la negra silueta del Sierra Nevada desde el oriente indicaba inequívocamente que la montaña seguía aún muy lejos de alcanzar, pero con la energía y, sobre todo, motivación para continuar no resultaba un problema. Y la verdad nunca lo fue, sí, pero no digamos que el cerro se dejó subir tan fácilmente.

Finalmente la cumbre se deja apreciar tímidamente a la distancia.

 

Irritación —o  más bien, envidia— a más no poder nos causó ver unas borrosas marcas de 4×4 cerca de la base del volcán, luego de varias horas de marcha. Por las dimensiones de las huellas y separación de las ruedas debió tratarse de un Unimog que tal vez cruzó desde Argentina, porque al menos desde Chile nunca pudimos entender desde dónde provino…montañismo del siglo XXI.

Ya de día y con el sol de frente que molestaba bastante, alcanzamos la base del volcán y subimos pesadamente por unos tramos de roca descompuesta y nieve. Por fin pudimos visualizar lo que quedaba de camino hacia la cima. Se veía clara, limpia y hermosa, en un día aún más claro, limpio y hermoso. Revisamos la ruta de los GPS y lo comparamos con un relato de referencia (Andeshandbook) y comprendimos que, aunque es cierto que restaba mucho trabajo aún, lo más duro quedaba atrás.

A pesar de la gran altitud, en días soleado y sin viento el calor puede resultar intenso.

Ingenuidad pura.

Calor y más calor

Mucha nieve y sol fueron compañeros inseparables durante esas interminables e insufribles horas sobre los casi 5.900 mts. de marcha tratando de alcanzar el cono que indicaba el final del cerro. El calor —¿a esa altitud?, válidamente se preguntarán— insoportable. Así es. Reitero: insoportable. ¿No me creen? No me importa; era insoportable. ¿Viento? cero brisa y no llevamos ni un abanico. Los gorros nos cubrían —era que no— la cabeza, pero el glaciar y los neveros reflejaban todo los rayos que generosamente enviaba el sol.

Pero ya faltaba poco. Sí, es cierto.

Pero recordemos lo mencionado algunas líneas párrafos arriba “(…) si no lo que se esconde tras varias horas de marcha”.

Para no creerlo. Broma, chiste de mal gusto. Y eso que no se ve tan lejos.

Muy simple: el mentado relato indicaba la presencia de una bajada desde lo que se presumía era la cumbre para luego volver a subir, trámite que no debía tomar —según aquellas líneas— 45 minutos a 1 hora. El asunto es que esto era luego de muchísimas horas de ininterrumpida marcha, por lo que agregar ahora esos minutos era, en el papel, mentalmente agotador. Pero había que terminar.

La sorpresa

Grande fue la impresión al encontrarse con este último tramo.

¡Pero cómo podía ser así! La imagen no se ajustaba nada a lo que veíamos en la publicación. “Pero lógico que nunca es así”, dirán uds., sí, ok, pero no, no lo esperábamos; para qué voy a mentir.

¡Cumbre Sierra Nevada!

En fin, la mejor sonrisa y a ponerle bueno. ¿Si pensamos en devolvernos? Sinceramente, ganas no faltaron pienso, pero no le dimos la oportunidad a que esa opción nos envenenara la cabeza. Había que hacerla “shorty”.

Felices finalmente

Ni tanto. Igual fueron más de 2 horas, más yo creo, hasta la cumbre, pero no fue tan atroz, fíjense. ¿Y la cumbre? linda ella, nada que decir; tremendas vistas en 360 grados. Lo pesado era bajar ese último tramo para luego volver a subir. Eso sí que sonaba feo, pero tampoco fue tanto; fue más ruido al final que otra cosa.

La bajada fue larga, muy larga y ventosa en ocasiones, pero la tarea estaba parcialmente terminada, pues sólo restaban algo así como 18 kms para regresar al campamento…una cosa poca.

Ya de noche y con algo de luna alcanzamos nuestras sintéticas moradas, para devorar algo rápido y perderse dentro de los sacos de dormir hasta el día siguiente.

 

Aún quedaba otro 6 mil.

Febrero 2022.

Laguna camino de regreso al camp.

 

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¡Cumbre volcán San Pedro, 6.186 mts!

En un día cargado de patriotismos, celebraciones, fondas y asados, conseguimos la cumbre de este hermoso cono de seismil metros el 18 de septiembre pasado, por la variante norte del volcán.

Fue una dura jornada, pues tuvimos que comenzar el ascenso desde los 4.250 mts, cubriendo casi 2 mil metros de desnivel. Aun así, el día estuvo agradable, algo ventoso, pero bien en términos generales.

Retornamos al campamento ya a oscuras, comer algo rápido y a dormir. Al día siguiente regresamos a San Pedro para descansar y comenzar al preparar el siguiente ascenso: volcán Acamarachi o Pili, de 6.046 mts.

 

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¡Cumbre volcán Acotango – 6.052 mts- por Bolivia!

Cumbre volcán Acotango

Luego de completar los 2 ascensos de los sesimiles por el lado chileno, viajamos al pueblo de Sajama en Bolivia, lugar desde donde continuamos con las 2 montañas que nos restaban. Nos quedamos en el hostal de Mario y Ana, un excelente lugar para descansar y con muy buena comida, además de un gratísimo ambiente.

Debido a que el volcán Parinacota se encontraba muy seco por la vertiente boliviana, decidimos subir nuevamente el Acontango, ahora por el filo noroeste —Bolivia— siendo realmente espectacular y rápido en sus ascenso.

Junto con Mario Pérez —guía boliviano, el mismo del hostal— realizamos el ascenso a este volcán comenzando muy temprano en la mañana, por una ruta compuesta por un largo y directo filo que conduce directamente a la cima, en un recorrido de nieve dura que hacía rápido el ascenso. Algo ventoso, pero hermoso día.

¡Felicitaciones a Renato y sobre todo a Francisco, quien pudo conseguir finalmente su anhelada cumbre de 6 mil metros!

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¡Cumbre volcán Acotango – 6.052 mts!

El día 7 de julio alcanzamos la cumbre del volcán Acotango, de 6.052 mts, consiguiendo así el segundo seismil de la primera parte del viaje. Nuevamente comenzamos desde el hostal Uta Kala, ubicado en el caserío de Parinacota (4.450 mts), saliendo muy temprano en la madrugada para aprovechar los cortos días de invierno.

El volcán se encontraba más seco que en años anteriores y en su inicio encontramos algunos penitentes, pero que no entorpecieron en absoluto el ascenso. Tras algunas horas de marcha y con algo de viento, alcanzamos la cima bajo un soleado día, para luego comenzar a descender y retornar al hostal.

Nuevamente felicitaciones a Tere y Francisco por el esfuerzo y ganas mostradas durante todo el viaje.

 

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¡Cumbre volcán Guallatiri – 6.063 mts!

El día 5 de julio conseguimos alcanzar la cima de este activo volcán, contando con un tiempo excelente y mucho entusiasmo durante la subida.

Luego de algunos días en Putre y Parinacota y habiendo subido el cerro Guane Guane (5.100 m) como parte del proceso de aclimatación, comenzamos el ascenso desde el hostal “Uta Kala”, sin montar campamento, saliendo más temprano para así iniciar la subida antes de la salida del sol.

Muy buen tiempo —caluroso incluso en algunos momentos de la mañana— sólo algo ventoso al alcanzar el cono que conduce a través de una arista al bloque rocoso que compone la cumbre. A pesar de ser una buena fecha, se encontraba tremendamente seco el cerro, lo que volvió más pesado remontar sus pedregosas laderas.

¿Y la fumarola? Aunque no estaba tan tóxica como en otras oportunidades  y el viento daba algunas pausas cambiando de dirección que permitieron alcanzar la cima, siempre es desagradable y hay que hacerse el ánimo para llegar a la cima y no contentarse con la ante cumbre. Igual nos dimos el tiempo para varias fotos y videos en la cumbre. El regreso fue

Felicitaciones a Tere y Francisco por el esfuerzo y ganas durante el día.

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Taruca, el desconocido y desprotegido huemul del norte

No muy buena imagen de 2 ejemplares de Taruca, en los faldeos del volcán Tacora, XV región de Arica y Parinacota, octubre 2021. Foto: Adolfo Dell´Orto S.

La Taruka: desconocido y desprotegido ciervo del norte

Este ciervo se denomina taruca o huemul del norte Hippocamelus antisensis. Su nombre proviene de la palabra “huemul” que es de origen mapuche y en realidad corresponde a la otra especie de ciervo de este mismo género (Hippocamelus), mientras que la palabra “taruca” de origen quechua (taruka=venado) y aymara (taruka=venado pequeño).*

En octubre de 2021, subiendo por el antiguo y deteriorado camino al volcán Tacora, de 5.890 mts., en cuyas laderas sobre los 5.000 mts de latitud se encuentra una antigua y abandonada mina azufrera, tuve la oportunidad de ver por primera vez a este ciervo que solo había leído sobre su existencia y visto algunas fotos.

Ascendiendo en 4×4, a  la distancia pude ver algo que se movía sobre unas antiguas construcciones de roca, abandonadas y destruidas, a unos 4.700-4.800 mts. de altitud. No tenía el color de guanacos o vicuñas, siendo estas últimas bastante abundantes en esta zona a pesar de la caza furtiva de “chuteadores”, como se les denomina a estos forajidos que cruzan la frontera desde Perú en busca de su carne y sobre todo, pelaje. Era algo diferente, sin duda.

Detuve la camioneta, tomé la cámara, me acerqué lo que más pude para evitar que huyeran y con un lente de 300 mm. traté de enfocarlas para reconocerlas. A pesar de la gran distancia que nos separaba, con seguridad el ruido del motor las alertó previamente quedándose quietas. Aun así,  pude distinguir a 2 figuras de color gris que miraban hacia donde nos encontrábamos. Sabía de la existencia de este ciervo en estas latitudes, pero no esperaba verlas de ninguna forma, para qué voy a mentir

Octubre 2021. Foto: Adolfo Dell´Orto S.

Una vez que se “relajaron”, comenzaron a saltar, a moverse en círculos y, luego de algunos movimientos más, se quedaron quietas nuevamente; nos volvieron a mirar y arrancaron, perdiéndose ladera arriba, siendo imposible volver a reconocerlas otra vez.

Las imágenes que pude captar son bastante deficientes pero me sirvieron para conocerlas “en vivo”, puesto que se trata de una especie —varía según el autor y estudio al parecer— en peligro de extinción o vulnerable.

Cualquiera que sea su condición, pienso que es evidente que debería estar dentro de alguna donde exista la protección adecuada para ejemplares que ven amenazados su hábitat, principalmente —y, como es casi siempre—por la acción humana, que progresivamente reduce su espacio, además de cazadores furtivos, entre otros.

Les dejo un interesante link, con muy buena información y excelentes imágenes.

*: https://educacion.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2015/09/LaTaruca_HuemulDelNorte.pdf

Octubre 2021. Foto: Adolfo Dell´Orto S.

 

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