6×6: new climbing program of 6 mountains that surpass the magical 6000 metre (19,685 ft) mark, 6 different objectives, 6 new summits, 1 single expedition. Join us!
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Volcanes Vicuñas, Medusa y Los Patos: Triple ascenso de 6 miles
Los días 24 de febrero a 3 de marzo, realizamos el ascenso de 3 volcanes 🌋de 6 mil mts. en la zona de la Puna de Atacama, III región. Las cumbres alcanzadas fueron: -26 de febrero: Vicuñas, 6.067 mts. -28 de febrero: Medusa, 6.120 mts. -1 de marzo: Los Patos, 6.220 mts. El volcán Vicuñas es un clásico ascenso de aclimatación dentro de la zona, pero los volcanes Medusa y Los Patos 🦆son montañas raramente visitadas, por su lejanía y poco conocimiento de ellas.
El ascenso de los 2 primeros tuvieron inicio desde el campamento base en Laguna Verde (4.300 mts), pero para el último hubo que acercarse para montar otro campamento ubicado a 4.800 mts., luego de internarse por una larga y hermosa quebrada, donde encontramos muchas vicuñas 🦙, esteros y bofedales. Muy pocas marcas y huellas vehiculares encontramos durante este camino.
Respecto a la montaña, por lejos resultó ser las más extensa en cuanto a marcha, pues hicimos cumbre sin hacer un campamento avanzado y sumado a que encontramos muchísima nieve blanda en el camino —especialmente en el tramo final— fuerion necesarias cerca de 19 horas ida y regreso. Pero bien valió la pena: el lugar es espectacular y realmente vale la pena el esfuerzo.
Felicitaciones a Cathy y Renato por el gran esfuerzo y buena onda, y por seguir sumando 6 miles en su ya larga lista de cumbres
Sierra Nevada desde Laguna Brava, 4.350 mts. aprox., vista hacia el sur. Febrero 2022.
Ascenso al volcán Sierra Nevada de las Lagunas Bravas
Hacia el noreste del complejo fronterizo San Francisco —ubicado a orillas del salar de Maricunga—, III región de Atacama y en una amplia zona donde abundan montañas que superan la mítica barrera de los 6 mil metros de altitud, se encuentra un escondido volcán, el que registra muy pocos ascensos debido a lo poco conocido que resulta para un gran número de montañeros. Se trata del volcán Sierra Nevada de Las Lagunas Bravas —pedazo de nombre— de 6.127 mts., cuya cumbre se eleva justo en el límite internacional, siendo la parte más alta de un gran macizo de 8 cumbres que sobrepasan los 5 mil metros de altitud.
Escondido
Escasamente visitado —al menos el libro de cumbre indica un último ascenso en 2015— ofrece un viaje sobrecogedor solamente en el acercamiento, pues hay que atravesar extensos arenales, huellas poco definidas, conducción literalmente sobre el lecho de un río (río Negro) en un tramo y lagunas de color turquesa impresionantes.
Bien vale la pena guardar un par de días extras para continuar con el viaje hacia el norte para poder acercarse, rodear y apreciar genuinamente estos impresionantes cuerpos de agua salobres de altura, que se mantienen también escondidos al recibir pocas visitas generales.
No es simple llegar hasta el campamento base de esta montaña, pues hay que internarse por un antiguo camino minero desde donde extraían azufre varios kilómetros adentro y luego buscar alguna pasada sobre un portezuelo donde se supone que debe haber alguna tímida marca de ruedas que baja hacia un arenoso y apartado valle. Es fácil decepcionarse al ver el cerro a lo lejos, pues al no haber un camino ni huellas claras queda la impresión de que hay que caminar desde ese alejado punto, desmoralizando incluso a los más fuertes.
Tras encontrar estas marcas, se gana algunos cientos de metros a través de rocas, arena y más rocas, lo que no se traduce en un gran avance, pero se agradece igualmente.
Acampando
El campamento —dependiendo cuál se escoja— es un lugar muy lindo, relativamente protegido por un morro de rocas y al pie del camino hacia la montaña. No hay agua pero es posible encontrar algunos neveros alejados para obtenerla.
La ruta es, en palabras simples, eterna. Sí, no termina nunca. Son cerca de 18 kms. hasta la cumbre, lo cual no se traduce necesariamente en un problema o un motivo para ni siquiera intentarlo, si no lo que se oculta tras muchísimas horas de marcha. Pero no nos adelantemos.
La marcha no es muy diferente al resto de los ascensos en la zona: arena, piedras, viento, tramos de nieve y frío, sólo que ahora es inusualmente extenso, pero no es muy distinto. Algunas lagunas, franjas de penitentes que deben ser rodeados y que aparentan no terminar nunca y —reconozco fue duro—, algunas bajadas a valles donde se perdía altura, teniendo que obligadamente volver a recuperar esos metros una y otra vez.
El cerro
El sol aún no salía, pero las primeras horas de luz que aclaraba tímidamente la negra silueta del Sierra Nevada desde el oriente indicaba inequívocamente que la montaña seguía aún muy lejos de alcanzar, pero con la energía y, sobre todo, motivación para continuar no resultaba un problema. Y la verdad nunca lo fue, sí, pero no digamos que el cerro se dejó subir tan fácilmente.
Irritación —o más bien, envidia— a más no poder nos causó ver unas borrosas marcas de 4×4 cerca de la base del volcán, luego de varias horas de marcha. Por las dimensiones de las huellas y separación de las ruedas debió tratarse de un Unimog que tal vez cruzó desde Argentina, porque al menos desde Chile nunca pudimos entender desde dónde provino…montañismo del siglo XXI.
Ya de día y con el sol de frente que molestaba bastante, alcanzamos la base del volcán y subimos pesadamente por unos tramos de roca descompuesta y nieve. Por fin pudimos visualizar lo que quedaba de camino hacia la cima. Se veía clara, limpia y hermosa, en un día aún más claro, limpio y hermoso. Revisamos la ruta de los GPS y lo comparamos con un relato de referencia (Andeshandbook) y comprendimos que, aunque es cierto que restaba mucho trabajo aún, lo más duro quedaba atrás.
Ingenuidad pura.
Calor y más calor
Mucha nieve y sol fueron compañeros inseparables durante esas interminables e insufribles horas sobre los casi 5.900 mts. de marcha tratando de alcanzar el cono que indicaba el final del cerro. El calor —¿a esa altitud?, válidamente se preguntarán— insoportable. Así es. Reitero: insoportable. ¿No me creen? No me importa; era insoportable. ¿Viento? cero brisa y no llevamos ni un abanico. Los gorros nos cubrían —era que no— la cabeza, pero el glaciar y los neveros reflejaban todo los rayos que generosamente enviaba el sol.
Pero ya faltaba poco. Sí, es cierto.
Pero recordemos lo mencionado algunas líneas párrafos arriba “(…) si no lo que se esconde tras varias horas de marcha”.
Muy simple: el mentado relato indicaba la presencia de una bajada desde lo que se presumía era la cumbre para luego volver a subir, trámite que no debía tomar —según aquellas líneas— 45 minutos a 1 hora. El asunto es que esto era luego de muchísimas horas de ininterrumpida marcha, por lo que agregar ahora esos minutos era, en el papel, mentalmente agotador. Pero había que terminar.
La sorpresa
Grande fue la impresión al encontrarse con este último tramo.
¡Pero cómo podía ser así! La imagen no se ajustaba nada a lo que veíamos en la publicación. “Pero lógico que nunca es así”, dirán uds., sí, ok, pero no, no lo esperábamos; para qué voy a mentir.
En fin, la mejor sonrisa y a ponerle bueno. ¿Si pensamos en devolvernos? Sinceramente, ganas no faltaron pienso, pero no le dimos la oportunidad a que esa opción nos envenenara la cabeza. Había que hacerla “shorty”.
Felices finalmente
Ni tanto. Igual fueron más de 2 horas, más yo creo, hasta la cumbre, pero no fue tan atroz, fíjense. ¿Y la cumbre? linda ella, nada que decir; tremendas vistas en 360 grados. Lo pesado era bajar ese último tramo para luego volver a subir. Eso sí que sonaba feo, pero tampoco fue tanto; fue más ruido al final que otra cosa.
La bajada fue larga, muy larga y ventosa en ocasiones, pero la tarea estaba parcialmente terminada, pues sólo restaban algo así como 18 kms para regresar al campamento…una cosa poca.
Ya de noche y con algo de luna alcanzamos nuestras sintéticas moradas, para devorar algo rápido y perderse dentro de los sacos de dormir hasta el día siguiente.
El día 13 de enero y con un excelente clima, Michael y Fernando como guía de Andescontact consiguieron la cumbre del Ojos luego de algunos días en Laguna Verde (4.300 mts) y luego en campamento Atacama (5.300), para ir por la cumbre desde el refugio Tejos, a 5.800 mts. Previo al intento de cumbre, subieron los cerros 7 hermanos (4.850) y también el Barrancas Blancas (6.118) como parte del proceso de aclimatación.
¡Felicitaciones a Michael por conseguir este tremendo objetivo!
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